viernes, 6 de diciembre de 2013

ECUADOR


Tulcán

Otavalo

Regateando en Otavalo

Con las otavaleñas

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Quito

Quito

Quito en su aniversario

Quito desde el Panecillo

Los perimetrales de Quito

La Capilla del Hombre de Guayasamín

La Mitad del Mundo

El Sur también existe!!!

La mitad del mundo según San Google....


ECUADOR
La impresión al entrar al Ecuador es excelente. Este país, además de unos paisajes impresionantes (volcanes activos, picos nevados, montañas cultivadas que semejan una colcha de retazos), enseguida se muestra como un país mucho más ordenado que Colombia. Sus autopistas (verdaderas autopistas y no unos engendros como la “Autopista Norte” de Bogotá) mueven miles de vehículos a grandes velocidades. La gente sabe manejar (ruedan por la derecha) y aunque no se puede rodar a más de 90-100 k/h, uno se siente seguro al volante. El ingreso al Ecuador (como esperado) se complicó así que tuvimos que dormir en Tulcán. Esa noche comimos chifa (fusión de comida ecuatoriana y asiática); los precios de la comida, baratísimos (Jose y yo cenamos por 14 dólares: él comió un lomo saltado y yo, unos camarones con verduras; ese día probamos la cerveza Pilsener que está muy buena). Al día siguiente fuimos al cementerio de Tulcán (que yo había visitado en mi adolescencia y lo tenía muy presente en mis recuerdos). La obra es bellísima, ya juzgarán ustedes por sus propios ojos! Conocimos al señor que hizo la segunda zona de esculturas y nos explicó la historia del parque con lujo de detalles. De camino para Quito visitamos Otavalo; el mercado indígena es una paleta llena de colores. José Carlos aprovechó para comprarse una camisa a lo Presidente Correa… Esa noche llegamos a Quito guiados por el GPS, pero sobre todo, muy rápido gracias a las excelentes autopistas y perimetrales que rodean la ciudad y que hacen que el tráfico sea muy fluido. El hostal, muy cómodo. Los huéspedes? Qué decir… los latinoamericanos, gente agradable y simpática, pero los “otros” (rarísimo, porque había mucha gente joven), ni siquiera saludaban. Estuvimos en Quito dos días (muy poco, ya habrá oportunidad en un futuro de volver ya que es relativamente cerca y es muy barato) durante los cuales hicimos el city tour para hacernos una idea de la ciudad: caminamos la ciudad vieja; en efecto, el Quito antiguo está muy bien conservado y sobre todo, es mucho más extenso que La Candelaria en Bogotá. Sin embargo, creo que las dos tienen valores distintos pues La Candelaria es mucho más antigua que Quito, que tiene una arquitectura mucho más moderna, de la época republicana. Quito está celebrando los 479 años de su fundación y la verdad es que está preciosa, las calles y las casas ostentan las banderas del Ecuador y de Quito. Anoche estuvimos en un barcito en la calle de La Ronda (calle peatonal en la Ciudad Vieja, muy segura y animada; hay comida típica y música en vivo; la gente va allí en familia y bueno, ayer todos estaban celebrando  la fiesta de Quito así que pudimos vivir una celebración de ese tipo. La gente baila la música andina (es muy raro para nosotros ver que bailen ese tipo de ritmo), pero se divierten como enanos… Nos tomamos un carajillo de Naranjillo, que es una fruta similar al maracuyá y los vimos mover el esqueleto.
En la mañana, habíamos  ido a la Capilla del Hombre”, el proyecto cultural del maestro Oswaldo Guayasamín compuesto por la capilla donde se encuentran grandes murales del artista, su casa (que es otro museo ya que él tenía una colección de arte muy extensa) y finalmente su taller. Yo conocía al pintor, pero durante la visita descubrimos a un hombre maravilloso… Luego fuimos a la Mitad del Mundo (visita obligada en Quito) para  tomarnos la consuetudinaria foto con un pie en un hemisferio y la otra en el otro. El monumento que era más chico, lo agrandaron y lo ubicaron en un parque al estilo del parque Chicamocha, con atracciones para niños, venta de artesanías, restaurantes, etc. Jose, a quien le encanta el tema, pudo ver cómo habían medido los científicos franceses la mitad del mundo. Luego pasamos a otro museo donde le hacen a uno unos experimentos sobre la manera cómo funciona la atracción y las fuerzas en este punto de la tierra. Yo salí descrestada, pero Jose me dice que ése es un montaje para los turistas… Así será todo en la vida.

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