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Tulcán |
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Otavalo |
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Regateando en Otavalo |
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Con las otavaleñas |
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Quito |
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Quito |
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Quito en su aniversario |
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Quito desde el Panecillo |
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Los perimetrales de Quito |
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La Capilla del Hombre de Guayasamín |
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La Mitad del Mundo |
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El Sur también existe!!! |
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La mitad del mundo según San Google.... |
ECUADOR
La impresión al entrar al Ecuador
es excelente. Este país, además de unos paisajes impresionantes (volcanes
activos, picos nevados, montañas cultivadas que semejan una colcha de retazos),
enseguida se muestra como un país mucho más ordenado que Colombia. Sus
autopistas (verdaderas autopistas y no unos engendros como la “Autopista Norte”
de Bogotá) mueven miles de vehículos a grandes velocidades. La gente sabe
manejar (ruedan por la derecha) y aunque no se puede rodar a más de 90-100 k/h,
uno se siente seguro al volante. El ingreso al Ecuador (como esperado) se
complicó así que tuvimos que dormir en Tulcán. Esa noche comimos chifa (fusión
de comida ecuatoriana y asiática); los precios de la comida, baratísimos (Jose
y yo cenamos por 14 dólares: él comió un lomo saltado y yo, unos camarones con
verduras; ese día probamos la cerveza Pilsener que está muy buena). Al día
siguiente fuimos al cementerio de Tulcán (que yo había visitado en mi
adolescencia y lo tenía muy presente en mis recuerdos). La obra es bellísima,
ya juzgarán ustedes por sus propios ojos! Conocimos al señor que hizo la
segunda zona de esculturas y nos explicó la historia del parque con lujo de
detalles. De camino para Quito visitamos Otavalo; el mercado indígena es una paleta
llena de colores. José Carlos aprovechó para comprarse una camisa a lo
Presidente Correa… Esa noche llegamos a Quito guiados por el GPS, pero sobre
todo, muy rápido gracias a las excelentes autopistas y perimetrales que rodean
la ciudad y que hacen que el tráfico sea muy fluido. El hostal, muy cómodo. Los
huéspedes? Qué decir… los latinoamericanos, gente agradable y simpática, pero
los “otros” (rarísimo, porque había mucha gente joven), ni siquiera saludaban.
Estuvimos en Quito dos días (muy poco, ya habrá oportunidad en un futuro de
volver ya que es relativamente cerca y es muy barato) durante los cuales
hicimos el city tour para hacernos una idea de la ciudad: caminamos la ciudad
vieja; en efecto, el Quito antiguo está muy bien conservado y sobre todo, es
mucho más extenso que La Candelaria en Bogotá. Sin embargo, creo que las dos
tienen valores distintos pues La Candelaria es mucho más antigua que Quito, que
tiene una arquitectura mucho más moderna, de la época republicana. Quito está
celebrando los 479 años de su fundación y la verdad es que está preciosa, las
calles y las casas ostentan las banderas del Ecuador y de Quito. Anoche
estuvimos en un barcito en la calle de La Ronda (calle peatonal en la Ciudad
Vieja, muy segura y animada; hay comida típica y música en vivo; la gente va
allí en familia y bueno, ayer todos estaban celebrando la fiesta de Quito así que pudimos vivir una
celebración de ese tipo. La gente baila la música andina (es muy raro para
nosotros ver que bailen ese tipo de ritmo), pero se divierten como enanos… Nos
tomamos un carajillo de Naranjillo, que es una fruta similar al maracuyá y los
vimos mover el esqueleto.
En la mañana, habíamos ido a la Capilla del Hombre”, el proyecto
cultural del maestro Oswaldo Guayasamín compuesto por la capilla donde se
encuentran grandes murales del artista, su casa (que es otro museo ya que él
tenía una colección de arte muy extensa) y finalmente su taller. Yo conocía al
pintor, pero durante la visita descubrimos a un hombre maravilloso… Luego
fuimos a la Mitad del Mundo (visita obligada en Quito) para tomarnos la consuetudinaria foto con un pie
en un hemisferio y la otra en el otro. El monumento que era más chico, lo
agrandaron y lo ubicaron en un parque al estilo del parque Chicamocha, con
atracciones para niños, venta de artesanías, restaurantes, etc. Jose, a quien
le encanta el tema, pudo ver cómo habían medido los científicos franceses la
mitad del mundo. Luego pasamos a otro museo donde le hacen a uno unos
experimentos sobre la manera cómo funciona la atracción y las fuerzas en este
punto de la tierra. Yo salí descrestada, pero Jose me dice que ése es un
montaje para los turistas… Así será todo en la vida.
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