|
La Casa de la Moneda (Potosí) |
|
Con Isabel |
|
Posando para la foto... |
|
Leitmotiv en Bolivia |
|
José Carlos con la bandera del equipo de sus amores... |
|
Desayunando en el hotel "Luna Salada" en Uyuni |
|
El hotel de sal |
|
Salar de Uyuni |
|
Salar de Uyuni |
|
La Tucson, extensión de José Carlos |
|
Amanecer en la Reserva Eduardo Avaroa |
|
Géiseres |
|
Los flamencos de Laguna Colorada |
|
Tanqueando en Bolivia.. sin comentarios! |
|
Paisaje lunar |
|
Y la "máquina" se portó a la altura!! |
|
El zorro domesticado de la guardia boliviana |
|
Y llegamos a Chile... |
|
Los géiseres al amanecer |
Hoy es 24 de diciembre y en unas
cuantas horas nos reuniremos con Pablo, Susana y Clarita para celebrar Navidad.
Ayer salimos de Bolivia vía Chile. La verdad es que me sentí aliviada de salir
de ese país. Creo que el impasse del primer día en Desaguadero marcó en gran
parte la visita a Bolivia. Al salir de La Paz, viajamos por muy buenas
carreteras (eso hay que decirlo) hasta Oruro, una ciudad pequeña donde nos
topamos con un levantamiento popular por el costo del boleto de autobús. Al
llegar, nos dijeron que la cosa iba para largo… Aterrados, empezamos a buscar
salidas de la ciudad y todas estaban cerradas. Al pensar que el pueblo estaba
sitiado y que no podríamos salir más de allí me entró una angustia
indescriptible ya que en ese momento recordé a la pareja de argentinos que
viajaban en Colombia cuando hubo el paro de campesinos al sur del país y que
decían que llevaban varios días sin poder continuar su viaje. Empezamos a
pensar en estrategias para que nos dejaran pasar; le dije a Jose que les dijera
que su mamá estaba muy enferma y que teníamos que seguir el viaje…). En un
momento, un hombre le dijo a José Carlos que siguiera al “surubito”… Jose
Carlos medio interpretó que se trataba de un carro (Subaru) y salimos corriendo
como en una carrera de observación detrás del “surubito”, pasando a
toda mecha por en medio del mercado hasta salir a la avenida que nos sacó
finalmente del pueblo. Ya más aliviados, continuamos el viaje hasta Potosí, otra
ciudad fría de Bolivia, pero muy rica en historia pues fue del Cerro Rico de
Potosí de donde se sacó gran cantidad de plata que terminó en Europa en la
época de la Colonia. Allí visitamos “La Casa de la Moneda” donde nos explicaron
la historia de la ciudad y del acuñamiento de las monedas de plata. Ese día comimos
una deliciosa sopa de quinua y llama a la plancha (muy rica!!). En la tarde,
viajamos hasta Uyuni (por una autopista maravillosa) adonde llegamos en la
tarde y con gran sorpresa de nuevo nos enteramos que si no tanqueábamos el
carro en ese momento, al día siguiente (domingo) no tendríamos cómo movernos.
Organizamos nuestro tour con Luiggi y nos fuimos a dormir en la posada “El
Viajero” (gran experiencia: apagón en la madrugada y ducha de agua helada a
3.600 msnm, léase “metros sobre el nivel del mar”). Al día siguiente, visitamos
el salar de Uyuni (más tarde pondré foticos) donde el 14 de enero llegará
la carrera de Dakar, y desayunamos en el hotel de sal “Luna Salada”, una
experiencia maravillosa no tanto por la comida, sino por el ambiente (paredes,
mesas, pisos de sal…). En la tarde viajamos a Villa Mar, un resguardo indígena
donde debíamos pasar la noche antes de seguir nuestro viaje hacia el Parque
Nacional “Eduardo Avaroa”. Sin embargo, en el camino desértico nos perdimos y
llegamos al volcán Ollagüe, frontera con
Chille (si no nos encontramos con un camión varado y preguntamos, hubiéramos
entrado a Chile sin darnos cuenta). Apenas llegamos a Villa Mar, tuvimos que
tanquear el carro con “pimpina” (Colombia), “bidón” (Uruguay), a media luz y medio
escondidos pues los militares tienen prohibido vender gasolina. Dormimos (unas
pocas horas) en un albergue indígena y a las 4:10 de la mañana emprendimos
nuestra travesía hacia el parque donde a la madrugada veríamos la Laguna
Colorada donde viven miles de flamencos, los géiseres, la Laguna Verde y Polke,
donde tomaríamos un baño en una piscina de aguas termales a 4.000 msnm. El
parque es una reserva natural espectacular… Nos embriagamos de paisajes
desérticos, lunares. La soledad era impresionante, un buen lugar para
reencontrarse consigo mismo. Al terminar nuestra “aventura” por el desierto, llenos
de polvo, nosotros y la Tucson (que se ha portado a la maravilla) finalmente
abandonamos Bolivia por la aduana de “Hito Cajón” e ingresamos a Chile por San
Pedro de Atacama, pueblito que se encuentra en una planicie impresionante que es
el desierto de Atacama. Allí el clima era otro, y el país también! Habíamos
salido de un país tercermundista y en espacio de unos minutos, habíamos llegado
al primer mundo latinoamericano!!!